Es común echarse atrás a la hora de crear un contenido con la premisa de que el tema ya está demasiado trillado. Que si esta falda de ‘X’ tienda, que si este labial de ‘X’ marca, que si consejos para ‘X’…No hay nada más que decir. Mentira. Tú tienes algo que decir. Ese algo es tu yo, tu opinión, tu experiencia, tu forma de comunicar, tu pasión, tus ganas de dar a conocer. Tú eres tú y, por lo tanto, eres único y diferente al resto. De ahí nace el contenido de tu marca. Si dejásemos de hacer cosas porque ya están hechas, no habría evolución ni mejora. Lo que le sirve a uno puede que no le sea útil a otro. Por eso nunca debes frenarte. Debes dar a conocer lo que tienes que contar sobre un tema.
¿La prueba? Buscamos información de una materia en concreto. Los artículos que encontremos serán diferentes. Ninguno dirá exactamente lo mismo o no de la misma manera. Esto es crucial porque la forma que tiene uno de explicar algo puede hacer que sea un éxito. Tu aportación es igual de válida y legítima que la de otras personas. El resultado siempre será distinto. Por ejemplo, cuando dos personas que han vivido un acontecimiento en común nos cuentan cómo fue, cada una tendrá su versión y nos proporcionará más o menos, nos gustará más una u otra.
Entonces, ¿dónde esta la distinción? Por resumir, todo, pero enumeremos para recapacitar.
- Gramática: cada persona tiene su forma de escribir en lo que se refiere a construcción de frases o uso de palabras. Algunos tienen más gustos por tecnicismos, otros por extranjerismos, unos privilegian formas verbales por encima de otras, etc. La gramática es un mundo de posibilidades, siempre que sea correcta y facilite la lectura.
- Estructura: los textos se pueden organizar de mil maneras. Aunque haya varias fórmulas predilectas, no hay ninguna que sea mejor que la otra. Somos libres de estructurar nuestro contenido según se adapte mejor a lo que queramos contar.
- Tratamiento: informativo, opinativo, crítico…Hay muchísimos géneros y podemos experimentar con ellos como una forma de dar originalidad a un texto. ¿Y si escribiéramos en verso? Podría ser curioso, atractivo y gracioso. No te ates a nada pero siempre escribe según tu gusto y con lo que te encuentres cómodo.
- Enfoque: el factor más personal de todos. Puedes tratar un tema de infinidad de maneras, darle uno o mil sentidos. Tu eres quién decide que es lo que quieres contar sobre algo y cómo lo quieres hacer. El que habla es tu interior y, a veces, se basa en seguir a los impulsos. Es en este punto en el que la técnica del storytelling se hace más presente que nunca.
- Audiencia: no todos tenemos el mismo público. Puede que coincidamos en algunos consumidores pero tu target es único, porque tu marca es única. A tus seguidores lo son porque les gustas tú y tu forma de hacer las cosas. Se fiel a ti y a ellos.
- Contexto: puede que un tema ya este tratado de mil formas pero el tiempo en el que se escribe sobre él lo cambia todo. En un momento u otro dicho contenido puede adquirir diferentes dimensiones por la transformación del panorama. Puede que haya salido nueva información sobre la materia o que haya sucedido algo que repercuta en ella…incluso que se haya olvidado y ahora vuelva a poder adquirir relevancia. La actualidad es crucial.
Somos la mayor fuente de creación y ahora tenemos la posibilidad de alzar nuestra voz y que alguien nos escuche.
Hay que hacer hincapié en que nunca hay que rendirse ni dejar de lado nada por nuestros prejuicios. Todos tenemos algo que aportar. Un contenido no tiene más valor que otro, solo diferente. Aprovechemos que nuestra creatividad, así como los sueños, no tiene límites ¿Por qué frenarla? Disfrutemos con nuestro trabajo.
Aún así, si te estás encontrando en una especie de bloqueo creativo, te dejamos aquí algunas recomendaciones para que tus textos salgan adelante sin problema. Y recuerda, siempre puedes echar un vistazo a las técnicas de escritura para conectar con tu audiencia que redactamos en nuestro ebook gratuito.
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