Las nuevas generaciones decidirán el futuro del consumo. Y, por ello, es importante conocer a la perfección qué gustos e intereses definen a dichos compradores. Tras un análisis exhaustivo de los millennials, ahora le toca a la generación Z pasar ante el microscopio; y ya os avanzamos que definir un único perfil va a ser imposible, pues una de las principales características de dicha generación es, precisamente, la existencia de dos perfiles opuestos claramente diferenciados. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.
‘The Gen Z equation’ es el título del estudio elaborado por MGSN que, a través de 40 entrevistas realizadas a adolescentes de entre 16 y 21 años de todo el mundo, han concluido que existen no una, sino dos generaciones Z. Dos generaciones que, aunque coinciden en ciertos hábitos y valores, lo cierto es que difieren entre si muchos aspectos. ¿Similitudes?
- Para la generación étnicamente más diversa hasta la actualidad, ser único es un valor esencial y, por ello, encontrar o, mejor dicho, crear su propio camino es tan importante para ellos, ya sea a través de los estudios o de su marca personal. Por este mismo motivo, además, odian las etiquetas, por lo que prefieren no ser catalogados bajo el nombre de ninguna generación.
- También buscan que sus valores coincidan con los de las marcas y, si hace ya unos meses hablamos de la importancia del contexto para los consumidores, para esta generación lo es aún más. Buscan marcas que se preocupen por los consumidores casi de forma individual.
- Nacidos en la era de las tecnologías, son más inteligentes pero, sin embargo, son también más infantiles. Esta generación intenta retrasar todo lo posible las responsabilidades que acompañan a la madurez.
Una vez conocidos sus rasgos comunes más destacados (puedes descargarte el informe completo pinchando en el nombre del estudio más arriba), damos paso a las diferencias que separan a ambas vertientes de la generación Z: la generación Me y la generación We.
La generación Me
Como su propio nombre indica, esta primera vertiente de la generación Z está más interesada en la individualidad que la generación We. Por ello, en las infografías de WGSN de arriba podemos observar cómo este grupo prioriza la competición, los ‘follows’ en redes sociales, la fotografía, el contenido banal, el éxito, el autoempoderamiento o el perfeccionismo, entre otros. Rasgos que concuerdan más con los millennials y que no suponen un gran cambio, en cuanto a marketing se refiere, a la hora de llegar hasta ellos.
La generación We
El cambio, sin embargo, viene de la mano de este segundo grupo. Más comprometido socialmente, esta es la vertiente de la generación Z que las empresas deben empezar a tener en cuenta a la hora de planear nuevas estrategias de marketing. Su predilección por la colaboración, los sentimientos, la escritura, las reivindicaciones sociales, el empoderamiento colectivo y la creación, entre otros, requieren de un acercamiento completamente distinto al hasta ahora utilizado por la mayoría de las marcas. Ya no importa solo lo qué haces, sino cómo lo haces.
Un claro ejemplo de los intereses de este grupo de consumidores es el gasto medio que realizan en comida y en ropa. Los consumidores de esta generación invierten más dinero en comida (24%) que en ropa (20%). ¿El motivo? Cuidar su cuerpo y mente es esencial para este grupo de consumidores, que sufre altos niveles de estrés y ansiedad. Por tanto, qué compran y de dónde procede es algo que tienen muy en cuenta, y eso se paga.
Además, junto a sus gustos y preocupaciones, también han cambiado sus figuras de referencia. Las Kardashian dan paso a influencers menos notorios pero cuyos discursos son más significativos. La salud mental, la sostenibilidad, la igualdad y los derechos son algunos de los temas tratados por estos influencers, ejemplos a seguir para esta generación We.
Línea de acción
¿Cómo pueden afrontar las empresas esta división? Dos de los principales consejos que pueden ayudar a las marcas a adaptar sus estrategias de marketing son los siguientes:
- Intentar gustar a todo el mundo es una tarea muy complicada, por no decir imposible. Por ello, lo mejor es decidir a qué target de consumidores vas a querer conquistar y poner en marcha las acciones que formen parte del ADN de su grupo.
- También hay que tener en cuenta que, al importar el contexto, las acciones dejan de ser puntuales para exigir cierto compromiso. No vale con respaldar ciertas causas temporalmente, tienen que convertirse en un rasgo definitorio de la política de empresa.
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