El 90% de los recursos que sacamos de la naturaleza se convierten en residuos o basura al cabo de solo 3 meses, un tiempo récord al que ya estamos más que acostumbrados. Sin embargo, cada vez más empresas están tomando conciencia de esto y se están sumando a una tendencia contraria al low y al usar y tirar.

Hace unos años parecía que vivir sin entrar en el juego del consumismo era solamente cosa de monjes tibetanos, ¿por qué solo poseer lo necesario si podemos tener más? A la orden del día estaba -y está- tener nuestro hogar abarrotado de cosas, muebles, ropa, etc; objetos de los que más tarde nos cansamos y sustituimos por otros sin ningún tipo de remordimiento.

Pero, poco a poco parece que somos mucho más conscientes de lo que esto implica en la naturaleza, que es al fin y al cabo nuestra casa. La sociedad está dando un paso más allá del reciclaje y ahora buscamos sustituir los envases desechables por los reutilizables, comprar con menos o cero embalaje y consumir marcas afines a esta filosofía de vida: bienvenidos al Zero Waste.

«Zero Waste o Cero Residuos es una filosofía basada en un conjunto de prácticas para evitar lo máximo posible la generación de basura.”

Pero, ¿cómo afecta el Zero Waste a la industria de la moda?

Las marcas de moda no se han quedado fuera de este movimiento, sino que han tenido que adaptar su oferta a esta nueva corriente que parece haber llegado para quedarse (o eso esperamos). Así, podemos encontrar algunas marcas de moda que han nacido puramente Zero Waste, como Patagonia, la cual fue el primer fabricante de ropa en incorporar botellas de plástico reciclado para fabricar sus prendas. Hoy en día reutiliza restos de algodón; con las sobras de 16 camisas de algodón virgen son capaces fabricar una nueva.

Pero un caso curioso es Arket. La firma de alta gama del grupo H&M surgió como lanzadera de colecciones de estilo nórdico, funcionales y de calidad. Su insignia siempre ha sido la transparencia y la sostenibilidad. Ya pudimos observar cómo, desde sus inicios, las fichas de producto en su web incluían la trazabilidad de las prendas. Pues bien, la nueva estrategia de Arket fue lanzada hace tan solo unas semanas, cuando anunciaba en sus redes sociales el lanzamiento de su Turtle Bag, una bolsa de red de algodón presentada como perfecta sustituta a las bolsas de plástico para hacer la compra. Turtle Bag nace de un problema actual y cada vez más evidente; el vertido de plásticos en el mar provoca islas de basura que son ingeridos por la fauna acuática y en otras ocasiones se convierten en trampas mortales, especialmente para las tortugas.

Está claro, las marcas quieren vender, pero la sociedad les está alentando a, ya que fabrican, que fabriquen productos con sentido y respetuosos con el planeta.

Cada vez nos acercamos más y mejor a una moda sin generación de residuos, una conciencia slow, trazabilidad de las prendas y un uso sostenible de los recursos, primando la regeneración de tejidos y materiales reciclados.

 

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