El consumo de moda en la actualidad se caracteriza, entre otras cosas, por su velocidad. El fast fashion, basado en las tendencias presentadas en las pasarelas internacionales, nos hace desear cada temporada nuevas prendas, lo que implica un consumo prácticamente continuo de moda que exige el máximo de las cadenas de producción y que en muchas ocasiones sacrifica la calidad y la ética bajo la que están hechas las prendas.
Por este motivo, para muchos consumidores conocer la “historia” de las prendas que compran es un factor primordial a la hora de consumir. De ahí que la trazabilidad de las prendas de moda, es decir, el “conjunto de procesos, ubicación y trayectoria de un producto a lo largo de la cadena de suministros”, según la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona, sea un tema cada vez más importante dentro de la industria. Y es que conocer las materias primas y las condiciones bajo las que se trabajan dichas materias es una exigencia por parte de los consumidores que ha puesto en jaque a gran parte del sector, sobre todo a las grandes multinacionales de moda de precios asequibles.
¿Dónde y cómo se producen dichas prendas? India, Bangladesh, China, Pakistán, Uzbekistán, Thailandia y Egipto han sido en los últimos años los países en los que más fábricas descentralizadas se han abierto. Países en desarrollo para los que supuestamente la apertura de dichas fábricas iba a suponer una evolución económica para el país y que, sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo pone en entredicho debido a la gran desigualdad de condiciones laborales y legales en comparación con occidente.
Por muchos motivos cada vez son más los consumidores y asociaciones, como Fashion Revolution, están exigiendo cambios en la producción de las empresas y, por tanto, en la trazabilidad de las prendas de moda. Una presión que poco a poco parece ir ganando pequeñas batallas, aunque aún quede mucho por hacer, pues tan solo el 9% de las empresas en el mundo son capaces de seguir el rastro de sus productos desde las materias primas, según el último informe de “Behind the Barcode” , pero que ya ha logrado que muchas empresas empiecen a mejorar sus políticas de sostenibilidad, que envuelve factores sociales, medioambientales y económicos, a lo largo de toda la cadena de producción.
#Imadeyourclothes es un movimiento impulsado por dicha asociación que pretende dar visibilidad a los trabajadores que realizan las prendas que después se consumen de forma masiva alrededor del mundo.
Zara, Mango, Massimo Dutti, Mark & Spencer y G Star Raw son algunas de las firmas que ya han implementado medidas para mejorar su trazabilidad de las prendas de moda para que los consumidores puedan conocer de manera detallada los procesos de la cadena logística que envuelven a las prendas que están planteándose comprar.
Cambios pequeños y costosos que están transformando poco a poco la industria textil en un modelo más sostenible para que llegue un momento en el que nuestro consumo no afecte de manera negativa, o al menos no de una manera tan devastadora, al medioambiente, economía y personas de estos países subdesarrollados. Un cambio, como bien dice Fashion United en su artículo sobre la trazabilidad de prendas de moda, que seguirá necesitando de un gran esfuerzo por parte de consumidores conscientes y marcas responsables.
Si después de leer este artículo estás interesad@ en conocer más acerca de la sostenibilidad en el sector de la moda, no dudes en leer nuestro artículo “Moda y sostenibilidad: diez iniciativas del sector textil”.
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