La aparición de estas nuevas formas de comunicación ha marcado un antes y un después en la industria de la moda, incluyendo, cómo no, a las grandes fashion weeks.
Si antes el front row de las pasarelas estaba ocupado por profesionales del sector, por críticos y periodistas especializados en moda, armados con bolígrafos, libretas y cámaras de fotos, hoy las primeras líneas de cada desfile las ocupan bloggers, instagramers e influencers cuyas herramientas de comunicación no son otras que sus smartphones.
Un cambio propiciado por la aparición de las nuevas tecnologías que han transformado las posibilidades de difusión dando lugar a lo que hoy denominamos comunicación social.
Una comunicación caracterizada por su capacidad de compartir contenido de forma inmediata con el resto de usuarios y que ha dado lugar a estrategias de venta como el “see now, buy now” que ya han puesto en marcha marcas como Tommy Hilfiger o Burberry.
Las redes sociales han sido, y son, un motor de cambio capaz de cambiar el perfil de los consumidores y con ello la comunicación de toda la industria textil. Más informados y más exigentes con las firmas y sus productos, exigen contenido personalizado que satisfaga sus deseos y necesidades siempre bajo la presión de que, de no ser así, la competencia está a tan solo un click de distancia. Más conscientes de su entorno, buscan, además, compartir valores con las firmas que eligen y comparten opiniones entre sí en redes sociales estando constantemente conectados.
El uso de la comunicación en redes sociales se ha visto impulsado por la crisis sanitaria, que ha obligado a diseñadores y directores creativos a sacar todo su arsenal de creatividad para llegar a sus prescriptores. Y a día de hoy, la pandemia sigue afectando, en mayor o menor medida, al calendario de las Fashion Weeks. Los eventos híbridos se han convertido en una tendencia en alza: son muchas las marcas que optan por combinar eventos físicos y digitales. Cada vez es más frecuente ver cómo son las propias marcas las que transmiten sus desfiles mediante directos o reels de Instagram o incluso, un episodio de los Simpsons en Youtube, así presentó Balenciaga su colección Primavera-Verano 22.
En un mundo completamente digitalizado, podemos afirmar que un desfile que no tenga visibilidad en redes sociales es como si no hubiera sucedido.
El impacto real de las redes en las pasarelas
Este avance exige una transformación en las estrategias de comunicación de las empresas, cambiando la publicidad tradicional por las redes sociales, sobre todo Instagram en el caso de la moda, para generar más y mejores conversaciones con sus consumidores. Es por ello que las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para las firmas; con ellas no sólo se comunican con los consumidores, sino que, además, evalúan la efectividad de sus acciones mediante las herramientas de análisis que ofrecen dichas plataformas.
El número de likes, de comentarios y el engagement son algunos de los factores que hoy definen el éxito en comunicación de gran parte de las empresas de la industria y, por ello, eventos tales como las fashion weeks, que generan las mayores cuotas del compromiso entre cliente y marca en Instagram, son tan importantes para las firmas; son el puente que une las colecciones con los clientes. En su última edición, las principales fashion weeks internacionales consiguieron que millones de personas interactuasen en Instagram entre las pasarelas de Londres, Nueva York, Milán y París, generando más millones de likes, comentarios, stories y publicaciones en esta red social, casi el triple que la última temporada.
Dentro de este binomio formado entre moda e Instagram, las influencers se sitúan como grandes protagonistas de las principales semanas de la moda. Los front rows de todas las pasarelas cada vez se llenan más de rostros conocidos en redes sociales, ya que generan los niveles más elevados de engagement de las marcas. Es por este motivo que las colaboraciones entre influencers y firmas son cada vez más comunes en estos eventos.
Además, el Street Style de las principales fashion weeks internacionales cada vez levanta más pasiones entre las apasionadas de la moda. Tanto es así que el mundo entero está pendiente del Street Style de la Fashion Week de Copenhague, que se ha convertido en el foco de atención principal del estilo escandinavo.
Las pasarelas han dejado de tener gran parte de su matiz elitista para pasar a ser escaparates de moda a través de los distintos medios de comunicación.
Esto ha permitido llegar a más gente más lejos, llegando a generar más impactos en los países donde no se celebra ninguna de las grandes fashion weeks. La Semana de la Moda de París genera más impactos en Estados Unidos que en Francia.
Las firmas cada vez apuestan más por impulsar sus redes sociales; y es que están viendo que la comunicación social trae muy buenos resultados bajo el brazo. El diseñador Michael Kors consiguió más de 10.000 likes en sus publicaciones; la influencer Leonie Hanne superó los 60.000 likes en todas y cada una de sus fotos en la Fashion Week de Milán y el famoso tik toker Kunno consiguió subirse a una pasarela. Todo un éxito de comunicación.
Y si queremos ir un paso más allá, ahora tenemos la oportunidad de asistir a un desfile a través de la realidad virtual. Del 24 al 27 de marzo, se celebrará la primera edición del Metaverse Fashion Week, el primer evento de moda involucrado en el metaverso.
¿Conclusiones? Las redes sociales son -cada vez más- la herramienta fundamental sobre la que se mueven las firmas de esta industria; y es que la democratización de la moda así lo exige: todos queremos ser testigos del camino que toman nuestras marcas favoritas. El mayor éxito en comunicación que generan las redes sociales es la eficiencia con la que ayudan a las firmas a crear verdaderas identidades de marca, la facilidad con la que crean símbolos con los que consiguen que los consumidores sueñen. Aquí es donde radica su éxito, a través de sus cuentas de Instagram no venden solo productos, venden estilos de vida, sensaciones; valores cada vez más en alza para las nuevas generaciones de consumidores. Así que sí, sin duda seguiremos viendo mucha moda en nuestros feeds de Instagram.
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