Tras la aparición de movimientos de empoderamiento femenino y denuncia en el último año, como ‘Me Too’ o ‘Time´s up’ en Hollywood, ¿cómo evolucionará la alfombra roja de los mayores eventos culturales alrededor del mundo? Una pregunta que se han planteado los estilistas Elizabeth Saltzman, Karla Welch y Jason Bolden en el podcast de Business of Fashion y que nosotros hemos querido trasladar a este artículo.
Lo que durante años ha sido una pasarela para que actores, pero sobre todo actrices, luciesen sus mejores galas frente a los focos, poco a poco se está transformando. Durante los últimos años, pero sobre todo durante el pasado 2017 y lo que llevamos de 2018, la alfombra roja se ha ido transformando en una plataforma de denuncia donde las mujeres de esta industria han expuesto el sexismo existente dentro del sector cinematográfico.
Quién es el diseñador de tu vestido o cuál ha sido tu ritual de belleza para hoy, mientras que a los actores masculinos se les preguntaba acerca de su proyectos presentes y futuros, ha sido una escena más que recurrente a lo largo de los años. Y no es que no nos guste conocer esa información; simplemente, no hay que olvidar que estas mujeres se encuentran en dicha alfombra roja en calidad de profesionales, al igual que el resto de sus compañeros.
“Es un movimiento, no un momento, y acaba de empezar”, comenta Bolden. Y es que, si antes la alfombra roja era la pasarela más importante para los diseñadores, en la actualidad los estilistas buscan looks que representen la voluntad de la persona. Y si hace tan solo unos años la pregunta principal era ¿quién es el diseñador de tu vestido?, ahora, que esta pregunta está cada vez peor vista, la pregunta clave, al menos para las firmas será: ¿obtendré tanta visibilidad como antes? Sin embargo, no todas las firmas comparten esta preocupación y, por ejemplo, Karla Welch afirma que:
muchas de las marcas con las que ella trabaja como estilista para estas famosas actrices, son marcas que en su opinión van a seguir triunfando en el futuro, pues la sociedad actual demanda empresas con un trasfondo de conciencia política y social, se muestran altamente predispuestas a vestir, y apoyar, a estas reivindicativas profesionales.
Un cambio al que también deben adaptarse los medios de comunicación a los que desde este podcast ya se les pide que realicen mejores preguntas. “Tienen que dejar de preguntar por lo que llevan y recordar que están allí celebrando su trabajo. Además, al final, todo el mundo termina sabiendo quién llevo el qué en cada ocasión”, afirma Welch. Y no solo eso; priorizando un mensaje distinto, hablando sobre el trabajo de los profesionales que desfilan por estas alfombras rojas, no solo se elimina gran parte del sexismo de estas plataformas, sino que también se da lugar a un mayor volumen de trabajo para las agencias de comunicación, lo que supone, a su vez, un mayor beneficio.
Con todo esto dicho, también es importante tener en cuenta que las alfombras rojas hasta el momento no han sido solo sexistas, sino que también han sido exclusivas, en el peor sentido de la palabra. A día de hoy, según Bolden, todavía hay muchos de sus clientes, en su mayoría mujeres de color, que siguen sin poder tener las mismas opciones de vestuario que el resto de sus compañeras de tonos de piel más claros. Y es que para este estilista, si hablamos de las desigualdades de género, también hay que hablar de otros muchos problemas que quedan por solucionar dentro de la industria.
En definitiva, estos profesionales del sector prevén que las alfombras rojas tenderán a ser más igualitarias en términos de género y esperan que esto también se traslade a otras desigualdades que aún se pueden encontrar en la industria cinematográfica. Además, todos ellos coinciden en que este tipo de movimientos generarán un cambio duradero que beneficiará a aquellas marcas que se atrevan a posicionarse en los ámbitos políticos y sociales. Y es que, como ya hablamos hace tiempo en uno de nuestros artículos, la importancia del contexto para los consumidores es un factor clave para las ventas de las empresas. Para el público es vital compartir valores con las marcas que consumen. Por lo que, si la sociedad avanza, ¿cómo no van a hacerlo las plataformas que exponen a los líderes de opinión internacionales?
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