la importancia del color exacto

Las paletas cromáticas son sumamente limitadas. ¿Sabías que usualmente se dividen en tan solo 125 colores? El ojo humano puede percibir alrededor de un millón. Por ello, pese a tener ruedas cromáticas como herramienta para la denominación de los colores, esta sigue siendo confusa a veces. A esto se suma el problema de que todas las personas tenemos concepciones de estos diferentes. Aún así, hay momentos en los que hay que superar esto e hilar muy fino. Este es el caso de la industria de la moda, para la que la correcta especificación del color, junto a su análisis, resulta vital. 

La importancia del color en la moda

La base de la moda se encuentra en los tejidos, las siluetas y los colores. Los tejidos, así como los patrones que conforman las posteriores siluetas de las prendas, siempre se tratan con una precisión impoluta. Sin embargo, en los colores puede darse cierta ambigüedad en algunos puntos de la cadena de negocio, y aunque a primera vista pueda parecer algo poco relevante, no lo es. Porque si vamos a comprar alguna prenda, lo más lógico es que queramos saber el color exacto que tiene, que se nos informe y que nosotros usemos los términos con propiedad. 

De hecho, en el caso de un e-commerce esto cobra todavía más importancia, ya que el consumidor no ve el artículo directamente, sino a través de una pantalla que tiene una configuración determinada. Aquí entra en juego la descripción de producto, porque si el cliente accede a nuestra tienda online y no se le ofrece información sobre el color, tal vez decida no adquirir dicho artículo. De la misma manera, si el tono indicado no coincide con el color real que tiene la prenda, cuando el consumidor la tenga delante tal vez quiera devolverla. En ambos casos nos enfrentamos a algo más allá de una ligera disminución de la tasa de conversión o una mala venta que termina en devolución.

Si lo extrapolamos, el verdadero problema radica en que hemos dado al cliente una imagen de poca profesionalidad. Además, puede que incluso se sienta engañado en cierto modo, pero lo que sin duda va a sentir es decepción. Y eso repercute inmediatamente de manera negativa en nuestra marca, que por su parte ya no será recomendada a nadie. 

¿Cuál es el nombre real de un color? 

Afortunadamente, la falta de especificación no se suele dar con mucha frecuencia. Pero las diferentes tonalidades y lo que se entiende bajo un nombre en un lugar geográfico en comparación a otro sí que varían en ocasiones y pueden generar algunos de los problemas que hemos mencionado. Porque, realmente, ¿visualizamos todos exactamente lo mismo cuando hablamos, por ejemplo, del color coral o del morado? ¿Pensamos todos en lo mismo cuando nos imaginamos una paleta de tonos neutros? Estas cuestiones son sumamente importantes cuando hablamos de un sector que basa uno de sus pilares en los colores.

Hay veces que está claro: el color negro es el color negro, black, nero, preto, noir. No obstante, algunos de los casos en los que la concepción que se tiene de los colores puede no resultar común a todas las personas son:

 

  • Idiomas que se hablan en distintas zonas geográficas, cuyas diferentes culturas e idiosincrasias inevitablemente influencian la denominación de los colores. Este es el caso del color borgoña, que en algunos lugares emplean el término “burdeos”. De hecho, en algunos países latinoamericanos se prefiere bordó, por similitud con el vocablo francés “bordeaux”. Cabe destacar que hay quienes diferencian el borgoña del burdeos, y quienes aseguran que son el mismo tono. Asimismo, también hay personas que afirman que ambos son sinónimos de “color vino”. 
  • Traducciones de un idioma a otro, para las que en una de las lenguas hay una denominación marcada pero en la otra existen varias. Si en inglés debemos adaptar “burgundy” nos encontraremos con la misma encrucijada del punto anterior, ¿lo traducimos como “burdeos” o “borgoña”? Por otra parte, algo curioso es que en el sitio web del British Council en México se traduce “brown” como “café”, cuando lo más común desde el punto de vista español hubiese sido “marrón”. 
  • Traducciones de un idioma a otro, para las que en una de las lenguas hay una denominación marcada pero en la otra no existe el término exacto. Este podría ser el caso de “marigold yellow”, en el cual sabemos que nos estamos refiriendo a un tono amarillento y cálido, pero el “amarillo caléndula” no es un término que la inmensa mayoría de hispanohablantes utilicen.

 

El imaginario colectivo 

A todo esto se suma la concepción que tenemos no solo de los colores aislados, sino de las familias de estos. ¿Entran los mismos tonos para todos nosotros dentro del concepto “colores tierra”? ¿Y cuando hablamos de “tonos neutros”?

Si bien es cierto que no hay tanto margen de error en este caso como al identificar un solo color aislado y confundirlo con otro o no denominarlo de la manera correcta, hay que tener siempre claro los colores básicos o más generales que suelen componer estas paletas. 

 

  • Los tonos tierra suelen comprender todas las tonalidades terrosas que se encuentran en la naturaleza. Por tanto, si al hablar de este grupo se piensa en marrones, no estaremos nunca equivocados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en ciertos sitios estos se pueden ampliar hasta amarillos, tonos melocotón e incluso rosas.
  • Los tonos neutros usualmente suelen integrar el blanco, el negro, el marrón, el beige y el gris. Dentro de esto, además, se incluyen todas las variaciones de estos, por ejemplo, blanco roto, blanco puro, blanco nuclear, etc. Hay quienes van más allá y afirman que los tonos tierra entran bajo este concepto también. Sin embargo, deberíamos ir con cuidado, ya que forzosamente tenemos que dejar fuera los amarillos, los anaranjados y los rosados que hemos mencionado antes.
  • Los tonos pastel no inducen casi a error, porque aunque es verdad que este grupo incluye multitud de colores, hay una característica estricta que estos deben seguir. Todos los pasteles deben estar mezclados con blanco, dando lugar a tonalidades muy suaves que poseen una luminosidad alta y una saturación baja . Por tanto y aunque entre los más populares se encuentren los rosas, azules, lilas, amarillos y verdes, es un grupo mucho más diverso.

 

Como ya sabéis, en iTrend no gusta ser lo más específicas que podemos con la elección del léxico y las expresiones, tanto cuando creamos contenido nativo en español como cuando adaptamos de otros idiomas. Por ello, debemos intentar acercarnos al máximo a la comprensión del cliente, que al fin y al cabo es el extremo final en el que deriva la empresa. Para hacerlo, necesitamos tanto la inclusión del color del producto en su descripción del ecommerce, como una buena investigación previa que identifique a la perfección el tono (o que se acerque lo máximo posible). El color importa.

 

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