El Covid-19 ha revolucionado nuestras vidas en todos los sentidos. La situación surrealista en la que nos encontramos ahora puede cambiarnos por completo, pero eso no lo sabremos hasta que la cuarentena pase. Los efectos ya se van notando. El valor que le damos a las cosas, nuestras preferencias, hábitos, la humanidad y solidaridad que se manifiestan cada día…Todo factores buenos resultantes del tiempo para reflexionar y conocernos mejor que nos ha proporcionado tan trágico evento. No somos conscientes de quiénes seremos y cómo actuaremos cuando todo esto acabe. Lo que es seguro es que todo se habrá transformado.

La moda se define como el espejo de su época. Los eventos que acontecen en cada etapa son luego traducidos en la ropa que llevamos. Es una materia sociológica. Así, llegamos a la conclusión de que lo que estamos viviendo actualmente revolucionará la industria. Quizás la moda tenga un nuevo significado. Los diseñadores puede que plasmen esta situación en sus creaciones. Pero ¿cómo dar una nueva vida a las colecciones, a la ropa, sin que afecte al margen de ventas que las empresas deben cubrir? ¿Cómo harán los modistos que sus diseños cobren sentido en un mundo en el que nos han desprovisto de lo más básico para las personas: las relaciones humanas? Ya hemos comprobado lo que estos negocios están experimentando y las acciones que han tomado hasta ahora…¿y luego qué?

Es posible que el sistema cambie por completo. La moda había tomado un rumbo frenético propio del mundo en el que vivíamos…sin tiempo, estresante, impaciente y en continuo cambio. Puede que quede obsoleta esa industria que ya carecía de temporadas y se basaba en la renovación y el consumo constantes (algo introducido por las cadenas fast fashion, que cambiaron las normas del juego). ¿Cambiará nuestra forma de vestir? ¿Nuestros hábitos estilísticos? De momento sabemos que, por ejemplo, Inditex está siguiendo su misma estrategia más allá de haber optado por otras alternativas de fabricación. O, que firmas de lujo ya han planteado nuevas estrategias económicas para afrontar lo que se viene.

Aquí nos planteamos una paradoja con la que todos nos sentiremos identificados. Tiendas cerradas aunque en funcionamiento online. Se sigue generando el deseo en nosotros. No podemos esperar a comprar mil modelitos para estrenar en la tan ansiada fecha en que podamos salir a la calle. A su vez, todos hemos tenido tiempo de sobra para ordenar nuestro armario, redescubrir prendas olvidadas y pensar en nuevos conjuntos. También, nos hemos acostumbrado a la comodidad de las prendas de casa….y la economía no ayudará mucho a la adquisición de novedades.

Por ello, se vaticina que el cambio de la moda se hará en base a todo lo que hemos experimentado y a lo que nos hemos acostumbrado estas semanas, además de al mundo que se desvele tras la crisis del coronavirus. ¿Qué supone esto?

  • Los diseños deberán ser más duraderos, y no nos referimos solo a el uso de un buen material (lo que conlleva una compra más responsable), sino a su versatilidad: que pueda usarse en todas las estaciones y en todos los eventos. Los armarios cápsula serán de nuevo una opción muy valorada.
  • Las nuevas tecnologías, que ya se están aplicando a vestimentas en el campo de la sanidad o el deporte, serán usadas para la fabricación de ropa de consumo masivo. Tejidos hipoalergénicos, antimicrobianos, adaptables a condiciones variables de temperatura…
  • Se generará un gusto por lo cómodo. Las prendas de confort como las que usamos en casa se reenfocarán para poder salir a la calle con ellas.
  • EL glamour o elegancia serán redefinidos según las premisas anteriores de durabilidad y comodidad. Pocas prendas, muy prácticas, funcionales pero a las que habrá que darle una vuelta en cuestión de estilos (como dicen las francesas…10 prendas que sirvan para todo y que se puedan combinar. No hace falta más).

La moda es imprevisible ya que se sustenta de la creatividad y esta condición no tiene límites. Pero probablemente el panorama venidero se ajuste mucho a estos racionamientos porque nada será igual y el cambio sigue al cambio. Solo esperamos que lo que venga sea una mejora en nuestras vidas y que todos sepamos que es lo verdaderamente importante, sin banalizar nunca más.

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