Cada vez son más las personas que, lejos de pensar que el lujo está solo al alcance de unos pocos, buscan productos y servicios que les reportan una experiencia similar y que hacen su calidad de vida mejor, sin provocar por ello un daño muy grande en sus bolsillos.
Más allá de la blindada industria del lujo (yates, alta costura o coches de alta gama), existen muchas formas de vivir acorde a unos estándares que podrían considerarse como exclusivos hasta hace muy poco.
De hecho, hay un mercado en auge que nos acerca a esa sensación (real) de disfrutar de la calidad de un buen producto o servicio a precios asumibles. Hablamos de productos perecederos, especialmente en gastronomía y viajes. Y es que cada vez es mayor la oferta y la aparición de empresas dedicadas a este tipo de demandas.
Los consumidores están cambiando sus comportamientos, cada vez son más exquisitos, sin necesidad de ser millonarios. Si a esto le añadimos un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones, nos encontramos con que ya no predomina lo barato, sino que se busca un equilibrio entre la calidad y el precio, capaz de dejar satisfecho a los más exigentes.
Buscan la individualidad y el trato personalizado en lo que contratan, frente a un consumo de masas más generalizado. Entre la oferta, somos testigos de cómo se multiplican, por ejemplo, las secciones ‘gourmet’ en los supermercados (Sánchez Romero o Gourmet Experience de El Corte Inglés), atendiendo a esta demanda de productos con atributos más cuidados. Siendo estos de un precio más elevado (evidentemente) no se acercan ni de lejos a las desorbitadas cifras que se piden por un bolso de una marca de prestigio o un coche. Es decir, pequeños lujos y caprichos asequibles.
Pero no son los únicos. Muchos restaurantes también se han unido a la tendencia de esta oferta refinada en cuanto a calidad y servicio. En el sector del bienestar también se hace posible disfrutar de masajes y demás tratamientos gracias a ofertas concretas y, muy ligado, el sector viajes se ha convertido en una propuesta muy atractiva. Portales como Voyage Privé trabajan para ofrecer packs de viajes más baratos, sin escatimar en la calidad y en el nivel del servicio prestado.
En definitiva, se trata de un mercado de micro lujo que no se establece por el precio, sino por el valor que el consumidor le da a dicho producto o servicio, valorando la experiencia de compra y los beneficios que le aporta. Al final, esto nos induce a una muestra de que, una vez más, la calidad se impone (casi) siempre ante la cantidad.
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