¡Se acabó el chollo! ¿seguro?
El debate se abrió hace unas semanas gracias a un comunicado de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) que despertó por un contrato de la blogger Aimee Song de Songs of Style con la firma Laura Mercier. Un acuerdo publicitario en toda regla que proporcionaría a la blogger un salario anual de alrededor de 500.000 dólares. El contrato no tenía más que lo que comúnmente se está llevando a cabo entre marcas y bloggers, posts en redes sociales con los productos que la marca indique, acudir a eventos como embajadora y crear contenido en vídeo. Pero si esto es lo habitual entre marcas y bloggers – y las agencias en medio- , ¿por qué ahora surge esta cuestión?
Según la FTC que las bloggers participen en este tipo de acuerdos sin indicar que es un acuerdo publicitario podría considerarse publicidad encubierta o engañosa, y estarían cayendo en una ilegalidad. Tal y como se pide a medios impresos, digitales, radio y TV desde siempre, cuando hay un acuerdo monetario con alguna marca de cualquier producto o servicio, se debe indicar que es publicidad. Es una práctica mundial que busca salvaguardar el derecho del consumidor y la justa competencia y práctica en el sector de la publicidad.
Las bloggers empezaron a compartir en sus redes aquello que les gustaba y viendo que sus seguidores iban creciendo sin parar, las marcas vieron la oportunidad de darse a conocer a través de una nueva forma de publicidad que parecía ser muy fácil. Los seguidores, por su parte, ajenos a estas colaboraciones, seguían a las bloggers porque de una u otra manera compartían cosas interesantes, descubrían nuevas marcas y hacían fotos muy chulas, vivían un estilo de vida aspiracional deseado por todos.
Y ahora todos a temblar. Porque si las bloggers tienen que indicar en sus posts y fotos que están haciendo publicidad, al igual que lo hace a día de hoy cualquier medio de comunicación, puede que se acabe el interés ‘desinteresado’ que ofrecían a sus seguidores y que al final esta forma de publicidad decaiga. ¿Cuál será el futuro de las bloggers? ¿nos encontramos ante la necesidad de una nueva forma de llegar al público? El debate, señores, queda abierto.