La automatización y su creciente evolución es ya una realidad. Cada vez son más los puestos de trabajo en los el humano se ve sustituido por una máquina. En este caso solo queda renovarse o morir, pero ¿son todos los puestos de trabajo sustituibles por máquinas?

Según el estudio publicado por la OCDE el 52% de puestos de trabajo en nuestro país están amenazados por esta automatización. Y, por lo que parece, ese trabajo que todos buscábamos cuando éramos jóvenes para sacarnos un dinero en nuestras vacaciones de verano terminará desapareciendo. Cajeros, repartidores, camareros, recepcionistas…¿os imagináis que os llegue ese paquete que estáis esperando con un drone?

Pero, ¿hará la automatización que desaparezcan todos los puestos de trabajo?

La respuesta claramente es NO, no todas las actividades son aptas para robots. Existen puestos de trabajo mucho más vulnerables de ser sustituidos por la inteligencia artificial que otros, y la mayoría de puestos creativos o altamente cualificados difícilmente podrán ser sustituidos por la automatización. Así que, ¡qué no cunda el pánico redactores y copys! De momento, parece que no nos quedaremos sin trabajo.

Hace unas semanas asistíamos a una charla dada por Juan Manuel Caro, fundador de Xtrategy.digital, en la que nos animaba a la automatización como forma de delegación para la dinamización de los procesos de trabajo. Durante la charla, Juan Manuel insistió en que las tareas automatizables debían ser aquellas que requerían un proceso monótono, arduo y repetitivo. De esta manera, la máquina realizaría el «trabajo sucio» por nosotros y nos dejaría más tiempo para desarrollar mejor nuestras tareas creativas, estratégicas o comerciales.

El hecho de que el perfil del consumidor se haya vuelto más exigente en los últimos años ha favorecido a que los puestos de trabajo más creativos y dedicados peligren en menor medida.  Ya no vale de nada esa oferta masiva que las marcas hacían hace unos años, ahora tienen que ir más allá, tienen que adaptar toda oferta lo máximo posible a cada consumidor. Cada vez son más los usuarios en internet que optan por comprar en marcas que apuestan por dar a sus clientes experiencias únicas y personalizadas, haciéndoles sentir especiales y no un número más.

En esta experiencia de consumo el contenido adquiere mucho peso en un e-commerce, que es al fin y al cabo lo que diferencia una tienda de otra. Del mismo modo que nos esperamos entrar en una tienda física que esté cuidada y, además, que nos atiendan en nuestro idioma. Tal y como señalamos en nuestro estudio «El español en la moda online. La importancia de una buena traducción lingüística» una buena adaptación lingüística en los e-commerce de moda es una práctica de lo más relevante para las empresas.

Un 93% de los encuestados afirma preferir comprar en su idioma nativo y un 73% prefiere que el texto esté adaptado a su lengua nativa antes que encontrarse con una traducción automatizada.

Claramente, detrás de esta personalización de la que hablamos tiene que haber una mente creativa humana. Si lo que una marca busca es dar una experiencia única a cada uno de los consumidores, poca cabida queda para que sea una máquina la que esté detrás.

La clave está pues en saber qué dejar en manos de la inteligencia artificial y qué no. Y dejar el contenido de tu web en manos de una de ellas, teniendo en cuenta lo exigente que es ahora la demanda, no parece lo más recomendable.

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