Si hay una regla que debemos tener clara es que en Internet no todo vale.
El contenido es el rey, sí. Pero es importantísimo saber adaptarlo a tu página para que cumpla al máximo con su propósito.Muchas veces, las formas pueden jugar una mala pasada y hacer de una buena idea un intento fallido de éxito. Si ves que tu contenido web no funciona, quizás es porque no lo estás presentando a los usuarios de la manera más adecuada.
Una de las técnicas más utilizadas en e-commerce para evitar este tipo de problemas es el A/B testing. El método consiste en desarrollar dos versiones de una misma página web o contenido de tal manera que un porcentaje de los usuarios verán la versión A y otros la versión B. Una vez testadas ambas versiones y comprobadas métricamente, sabremos cuál de los dos formatos ha sabido llegar mejor a los clientes y, por tanto, ha resultado más efectivo.
Con el A/B testing se puede conocer cómo responden los usuarios respecto al contenido, así como verificar qué elementos de la web motivan una experiencia de navegación (y compra) más sencilla, y comprobar si los distintos componentes que forman la página están verdaderamente cumpliendo con su función o no.
Entre los aspectos que podemos modificar para verificar cuál funciona mejor, encontramos:
- Colores y tamaños
- Tipografías
- Palabras
- Ubicación y estructura del texto
- Diseño
En definitiva, puede tratarse de pequeños o grandes cambios que suponen una diferencia significativa en el rendimiento de tu página web. Tanto aspectos de forma como de contenido pueden ayudar a potenciar el Click Through, concepto que está altamente relacionado con la conversión en ventas.
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