El Viernes Negro, según una de las teorías, debe su nombre a que en ese día de descuentos los comercios pasaban de números rojos a negros, mejorando sus ventas significativamente. Sin embargo, en su expansión internacional, su nombre adquiere connotaciones que chocan culturalmente en algunos mercados.
Aunque pueda parecer fácil traducir un término, diferentes casos demuestran que adaptar su simbolismo y significado puede marcar la diferencia entre el éxito y el desastre.
Entre simbolismo cultural y localización
En Macedonia del Norte, traducir «Black Friday» literalmente como «Црн Петок» sería todo un error. En este país, el adjetivo «negro» se asocia a eventos trágicos, días de duelo o catástrofes. Decir «día negro» no transmite oportunidades ni ahorro, sino luto. Esto convierte a este término en algo culturalmente inapropiado para un evento diseñado específicamente para inspirar emoción y ganas de comprar.
Por esta razón, las marcas en Macedonia del Norte mantienen «Black Friday» en inglés, consiguiendo que el reconocimiento universal del término supere las barreras lingüísticas y culturales del país. Este enfoque permite conservar la connotación positiva del evento y evitar cualquier malentendido cultural.
En contraste con Macedonia del Norte, países como Rusia, donde se utiliza «Чёрная Пятница» o Serbia donde se dice «Crni Petak», adoptan traducciones literales del término, adaptándolo a sus alfabetos locales. En estos mercados, el color «negro» no tiene asociaciones negativas y puede integrarse sin ningún problema en las campañas promocionales de este día.
La importancia estratégica de la localización
El caso de Macedonia del Norte nos enseña una lección muy importante: traducir no siempre significa comunicar. La localización cultural es mucho más que las palabras y las traducciones literales; es considerar cómo un término será percibido en un contexto y un lugar determinados. Esto implica realizar un análisis exhaustivo de las sensibilidades culturales del mercado en el que se trabaja y decidir cuándo traducir, cuándo mantener el término original y cuándo proponer una adaptación creativa.
Antes de decidir entre traducir o mantener un término global, colabora con especialistas en localización cultural. Un análisis cultural estratégico puede ayudarte a identificar riesgos, destacar oportunidades y garantizar que tu mensaje conecte con tu público.
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Adaptaciones culturales: casos de éxito
En algunos países, traducir literalmente «Black Friday» no es suficiente. Se necesitan otros ajustes para conectar con las sensibilidades culturales y éticas de la audiencia:
- Egipto – Viernes Blanco: en el islam, el viernes es un día sagrado y con mucho significado, marcado por la oración y el descanso espiritual. Atribuir el color «negro» provoca una disonancia cultural con estas tradiciones. Por ello, Egipto transformó el término en «Viernes Blanco». El color blanco simboliza pureza, bondad y prosperidad, cualidades que se alinean con los valores positivos que las marcas buscan proyectar. De este modo, esta adaptación mantiene la esencia comercial del evento mientras se respeta la sensibilidad cultural.
- Turquía – Efsane Cuma (Viernes Maravilloso): aunque «Black Friday» es conocido en Turquía, muchas empresas locales prefieren usar «Efsane Cuma» (Viernes Maravilloso) como alternativa. Este término evita las asociaciones negativas con el viernes, día sagrado en el islam, mientras que añade un toque optimista. «Efsane» implica grandeza y emoción, lo que refuerza la percepción de que el evento es una oportunidad única para los consumidores. Además, al ser una creación local, conecta mejor con los valores culturales turcos.
- México – El Buen Fin: en lugar de adoptar el anglicismo, México creó su propia versión del Black Friday: «El Buen Fin». Este evento, que se celebra el mismo fin de semana, nació como una iniciativa en 2011 para fomentar el consumo interno y fortalecer la economía local. «El Buen Fin» significa literalmente «el buen fin de semana» y refleja un enfoque más inclusivo, promocionando todo tipo de productos y servicios, como productos en oferta, viajes, tecnología y experiencias. Además, conecta con una identidad cultural propia, lo que refuerza su relevancia entre los consumidores mexicanos.
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El Black Friday, además de ser el día favorito de los busca-chollos, es un ejemplo de cómo un término global puede adaptarse a diferentes culturas y conectar con el público de diferentes mercados.