La rápida adaptación de las novedades digitales pone de manifiesto la tendencia a utilizar anglicismos-algunos sin traducción- por parte de las empresas de moda. De esta manera, les facilita ahorrar y reducir los costes de los procesos de fabricación y distribución, además de mantenerse al día con las tendencias tecnológicas.
La transformación digital que estamos presenciando se nutre de los avances tecnológicos que, en su mayoría, se desarrollan en países de habla inglesa.
No podemos olvidar que las grandes empresas cuentan con filiales en diferentes países con idiomas distintos. Hacen uso del inglés para mantener una colaboración perfectamente cohesionada. Por esta razón, buscan elaborar un lenguaje profesional y válido en todos los lugares.
Además, al tratarse de un mundo completamente conectado, el hecho de emplear ciertas palabras en inglés favorece el buen entendimiento entre los distintos profesionales. Somos testigos de que cada vez es más habitual el uso de anglicismos en el ámbito de la logística aplicada al comercio internacional, como start-up, hub, compliance, supply chain, picking o layout.
Por lo que si te estás preguntando si es posible que las marcas hagan uso de anglicismos para facilitar y ahorrar costes en los procesos de producción y distribución, ¡la respuesta es afirmativa!
Disminuir los costes de distribución al máximo
La distribución comercial de una empresa del sector textil implica la gestión de un amplio conjunto de actividades para llevar el producto desde la fábrica al consumidor. Este proceso se basa en dos objetivos:
-Por un lado, ofrecer un buen servicio al cliente. Para ello el servicio debe ser ágil y especialmente resolutivo. Y la comunicación, clara y concisa.
-Por otro lado, minimizar los costes derivados de la distribución. Esto supone, entre otras cosas, traducir los términos originales, tanto el etiquetado como los procesos llevados a cabo, a las distintas lenguas de los respectivos países en los que se comercializa y distribuye un determinado producto.
La venta de ropa y calzado en multitud de países, pongamos como ejemplo unas “Nike Cortez”, implica que se realice el etiquetado en fábrica de origen y llegue igual a todos los centros de venta, desde Portland a Barcelona o Beijing.
Por eso, son muchas las empresas que optan por reducir directamente el coste de gestión mediante el empleo de términos en inglés. De este modo, evitan llevar a cabo un proceso de traducción en las cadenas de suministro para poner en marcha una estrategia de crecimiento que permita ampliar su negocio y distribuir sus productos.
En algunos casos, el coste de la distribución puede tener también una gran influencia en el precio final de los productos
Son muchos y muy diferentes los eslabones que participan en la cadena de distribución. Entra en juego un elevado número de intermediarios u organizaciones independientes de fabricante, lo que implica para las empresas un mayor canal de distribución.
Estas personas o entidades actúan como intermediarios, facilitando el flujo de bienes y servicios desde el productor al consumidor, por lo que tienen que es importante encontrar un punto común que facilite la comunicación entre todos ellos.
En el sector retail, se vende moda fugaz y las tendencias son pasajeras
Los consumidores comparten gustos, hábitos y las distintas economías mundiales sufren un proceso de integración a escala internacional. Las grandes compañías buscan iniciar un proceso de internacionalización porque son numerosos los factores que impulsan el proceso de globalización a escala mundial.
Las principales metas de las marcas de moda del sector retail son ahorrar y reducir los costes, como mencionamos antes, y aumentar el volumen de producción. Se entrega el producto final al consumidor mediante un canal de distribución global, lo que requiere cooperación y gran eficacia comunicativa.
En definitiva, es solo una muestra más de que el inglés se asienta como un idioma universal para homogeneizar y adaptar la economía y el comercio de los distintos países a nivel mundial.
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