Ambigüedad de términos: variedades lingüísticas en castellano

Ambigüedad de términos: variedades lingüísticas en castellano

El español es un idioma hablado en una gran parte del mundo y, como resultado, no es sorprendente que haya diferencias en sus usos de un país a otro. Estos cambios se pueden dar en los tiempos verbales o en las frases hechas, pero lo más común y lo que más se nota en un primer contacto con otro dialecto tal vez sea el léxico. Cuando esto sucede entre continentes es entendible, pero es incluso más interesante cuando estas variedades lingüísticas aparecen entre las diversas regiones de un mismo país. Así pues, la ambigüedad de términos en las comunidades españolas es un hecho y es especialmente notable cuando hablamos de moda. Entonces, si cada área tiene una manera específica de designar un artículo, ¿cómo nos entendemos? ¿Hay términos que se prefieren en detrimento de otros que es mejor evitar? Analicemos un poco la situación. 

Ambigüedad de términos en las piezas de ropa

Si hay un artículo que usamos a diario y siembra confusión como ningún otro, ese tiene que ser el sencillo par de zapatillas de deporte. Mientras en Castilla La Mancha, Asturias o Navarra pueden ser simples «zapatillas», en Castilla y León, Cantabria y Gran Canaria son llamadas «playeras», algo que para los habitantes del resto de España nos puede resultar de lo más insólito. Sobre todo si tenemos en cuenta que esta misma palabra se emplea en algunos países del continente sudamericano para designar lo que aquí llamamos «camiseta».

Por otro lado, la palabra «tenis» está bien extendida tanto por el territorio español como al otro lado del Atlántico y la abreviación «zapas», común en Madrid o País Vasco, parece lógica. ¿Pero qué hay del término «maripís»? Esta palabra se emplea exclusivamente en la región de Aragón y, seguramente, si se la decimos a cualquier persona que no sea de allí, aunque esta sea de las comunidades adyacentes, no sepa a lo que nos estamos refiriendo. No obstante, el concepto catalán «bambas» lo entenderán tanto los vecinos valencianos como los andaluces.

Lo cierto es que  «zapatillas de deporte» es un concepto más o menos estándar que entiende todo el mundo, pero la confusión en otras prendas puede ser mayor. Este es el caso de «chaleco»; en Sevilla, cuando compran un chaleco no están adquiriendo una prenda sin mangas, están adquiriendo un jersey. Y lo que entendemos por «chaleco» los demás, para ellos es un «jersey sin mangas».

¿Nos ponemos de acuerdo?

¿Deberíamos entonces ponernos de acuerdo en el uso de un solo término? ¿Es incorrecto emplear unas palabras y otras no? Lo que apostamos desde iTrend es sencillo, pero puede ser lo más efectivo. Por un lado, no se pueden obviar las variedades lingüísticas y la riqueza de aportan a nuestro idioma. Por otro, es verdad que esta ambigüedad de términos generan confusión y que incluso puede llegar a debilitar el mensaje que lanza una marca.

Nuestras recomendaciones a emprendedores

Esto es lo que tendremos que considerar cuando nos enfrentemos con términos que puedan confundir:

  1. Tener claro en qué espacio queremos vender nuestro producto y a quién nos vamos a dirigir.
  2. Tener claro el tamaño de nuestro negocio y el tamaño que queremos alcanzar.
  3. Escoger el léxico según lo que hemos sacado en claro.

No es lo mismo ser una marca local que quiere desarrollar sus ventas en una zona específica que tener una visión de nuestro negocio más expansiva. En el primer caso no habría problema en usar vocabulario original de esa región, y de hecho tal vez los clientes se sientan más identificados y se formen una mejor idea de la marca. En el segundo, quizá sea mejor limitarnos a usar léxico más general que llegue a grupos más diversos de personas.

Sería muy triste eliminar la riqueza de nuestro lenguaje. Además, no podemos pasar por alto que la existencia de tantas palabras para un mismo objeto puede ser beneficiosa cuando se trata de escribir en nuestro e-commerce, ya que favorece la sinonimia conceptual. No obstante, sería también triste que nuestra audiencia no entendiese del todo lo que queremos transmitir con nuestra marca. Por ello, nosotros tenemos el poder de indagar, planificar y decidir qué usar en base a lo que más se ajuste para nuestro negocio.

iTrend.

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