En los últimos tiempos no son precisamente pocos los museos que han abierto sus puertas a las exposiciones dedicadas a la moda. La afluencia inesperada de público a estas actividades ha dado pie a que muchas de las grandes firmas de moda, siguiendo los pasos de Dior o Yves Saint Laurent, quieran exponer los diseños que conforman sus archivos en alguna de las instituciones culturales más importantes del mundo. 

Una nueva forma de negocio que cada vez resulta más exitosa debido a la gran afluencia que se ha experimentado en las primeras exposiciones puestas en marcha, que han resultado ser un reclamo más potente del que el mundo de la moda imaginaba.

Y, ¿qué es lo que tienen de especial estas exposiciones que se han vuelto tan populares en los últimos años? Un buen ejemplo de por qué estas actividades resultan tan atractivas son, como bien apunta el artículo de The Fashion Network, las colecciones expuestas en el museo Dior de Granville, que ofrece a los visitantes la posibilidad de conocer una de las facetas más desconocidas del diseñador en la ciudad normanda donde creció, lejos de la capital de la moda parisina, y donde él confeccionó sus primeros diseños, dando los primeros pasos dentro de una industria que luego le aclamaría mundialmente.

Conocer aspectos hasta el momento desconocidos de los diseñadores o poder ver de cerca de las prendas únicas nacidas de la imaginación de los mejores modistos de toda la historia han conquistado a los seguidores de esta industria que bate todas las expectativas de asistencia. Y es por ello que cada vez son más las firmas que se atreven a sacar de entre las sombras estas colecciones.

Por ejemplo, tan solo en el último año (2017) se han inaugurado dos museos dedicados al mítico diseñador Yves Saint Laurent; uno en Marrakech y otro en París, que, además, se pueden visitar en realidad aumentada a través de la plataformas WeWearCulture de Google. En Madrid, tan solo hace unos días, se inauguró la exposición “Time Capsule” de Louis Vuitton en el Museo Thyssen, y, en los últimos meses, los apasionados de la moda han podido visitar exposiciones como la de Manuel Pertegaz en la Sala Canal de Isabel II o la de Manolo Blahnik en el Museo Nacional de Artes Decorativas.

Contar con un archivo de diseños en buenas condiciones es hoy una prioridad para las grandes casas de moda.

De hecho, aquellas que, lamentablemente, no reunieron su trabajo en el pasado se encuentran en la actualidad intentando reconstruir su patrimonio mediante la investigación histórica y la compra de diseños a través de subastas o particulares que cuentan con piezas interesantes para la historia de la firma. Quien tiene un archivo de moda tiene un tesoro. Y es que estos archivos pueden tener diversos usos a cada cual más interesante.

Desde el punto de vista de la comunicación, estos archivos ayudan a conformar imágenes más completas acerca del patrimonio que define a estas firmas y suponen un gran impacto tanto en prensa como en redes sociales. Y es que estas exposiciones cuentan con un “factor x” que las convierte en objetos de deseo por parte de estos consumidores. ¿La razón? Pues bien, en el artículo de TFN, Nathalie Rozborski, Directora General Delegada de la consultora de innovación y creación NellyRodi, afirma que

«los archivos resultan fascinantes porque coquetean con la memoria de los consumidores y les permiten penetrar en los secretos de la fabricación».

Desde un punto de vista interno, estos archivos ayudan a los diseñadores a conectar los diseños actuales con la esencia de las firmas. Una necesidad hoy en día si tenemos en cuenta la velocidad a la que cambian estos creativos de casa y el gran número de prendas que tienen que diseñar cada año para dar vida a cuatro colecciones. Conocer el ADN de la firma y modificarlo para adaptarlo a la época actual y sus modas es vital y, por ello, estos archivos también lo son. Demna Gvasalia, con motivo de la celebración de los 100 años de la casa Balenciaga, creó una colección completamente inspirada en las creaciones del modisto. Algo que hubiese sido mucho más difícil sin tener a mano los archivos.

Además, estos archivos no son solo un recurso para los diseñadores, sino también para la empresa en sí, pues este patrimonio muestra a los trabajadores, a todos los niveles, la historia, los pasos que han llevado a la firma hasta donde se encuentra hoy y les ayuda a conocer el trabajo de sus predecesores, lo que les permite generar mejores estrategias de venta para seguir fortaleciendo la firma.

Los archivos son, entonces, cápsulas del tiempo por las cuales los particulares sienten cada vez más interés debido a la conexión que esas exposiciones ofrecen entre las inspiraciones del pasado y el presente. En palabras de Jean-Louis Dumas, antiguo CEO de Hermès, “los archivos permiten dar tiempo al tiempo”.

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